Ayer me encontré con un post de Yuri Morejón titulado «El caso Benzema y 3 útiles salidas a una crisis de reputación» y le pregunté en Twitter cuál era su opinión sobre cómo había gestionado el Real Madrid la crisis de comunicación:
–«Ha pasado de puntillas, @rmaragu. No creo que Butragueño ayudara con sus palabras. El tema despierta sensibilidades. Y aún no se ha cerrado.», me contestó.
El caso Benzema
Por recordar brevemente a quien no conozca el caso, Karim Benzema, jugador del Real Madrid fue ‘cazado’ en la madrugada del 3 de febrero por un radar de la M-40 cuando circulaba a 216 kilómetros por hora en un tramo limitado a 100. A su lado, otro coche circulaba a 260 kilómetros por hora, pero su conductor -también jugador del equipo blanco- no ha sido identificado.
El director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, prefirió restar relevancia al incidente de tráfico. «Todos en algún momento hemos ido algo más deprisa de lo que marca la ley. Esa es la verdad», dijo a Canal Plus el directivo del Real Madrid.
Como decía Yuri, el caso no está cerrado: puede que salgan otras historias de mala conducción de jugadores del Real Madrid, y el caso quizá se reavivará si no consigue eludir a los tribunales.
Dos opciones para que Butragueño cerrara la crisis de comunicación
En mi opinión, Butragueño no acertó co su decisión: un Club tan prestigioso como el Real Madrid, que presume de valores como el Fair Play, la elegancia y el respeto a una historia, no puede minimizar el mal ejemplo de un jugador, que además se ha puesto en peligro doblando la velocidad permitida, y menos bromear…
El director de Relaciones Institucionales tenía dos posibilidades: echar el balón o aprovechar la posesión del balón para meter gol:
a) Echar el balón a córner: una manera elegante de ganar tiempo.
Es una actitud reactiva, pero legítima. Butragueño podría ser que quisiera ganar tiempo para recabar más datos, hablar a solas con algunos periodistas, establecer una postura común del Club, etc. En este caso se podría haber limitado a declarar que el jugador asumirá la sentencia judicial, y que el Real Madrid velará para que no vuelva a ocurrir.
b) Regate en corto… y gol.
En sus tiempos, Butragueño era un experto en regatear en un espacio mínimo de campo y meter unos goles sorprendentes. Pienso que la declaración más coherente con la cultura del Real Madrid y con la gravedad de los hechos, debería haber contenido:
- Reproche al jugador, además de exigirle que pida perdón en rueda de prensa, o con alguna entrevista.
- Condena del Club y remitirse al Código de conducta de los jugadores del Real Madrid.
Así la imprudencia de Benzema hubiera sido catalogada de chiquillada y, sobre todo, las posibles ramificaciones quedarían bien encuadradas y el prestigio del Real Madrid intacto.
Actualización (10.3.2013): Cinco días más tarde… El País, en su edición dominical, publica un reportaje titulado Ídolos de barro al volante de un Ferrari, en el que amplía la información de las infracciones de tráfico de Benzema y Marcelo, y recoge las opiniones de los distintos grupos afectados por el comportamiento infantil de los jugadores del Real Madrid.
Si Butragueño hubiera cortado la crisis no hubiera llegado este artículo, o el titular podría haber sido: «El Real Madrid exige que sus jugadores sean ejemplares»…