En una rueda de prensa (RP), los periodistas –en principio– acuden a oír lo que nosotros queramos decirles, pero eso no quiere decir que extiendan un cheque en blanco…
Si pretendes que te den un espacio en sus medios de comunicación te lo tienes que ganar. Aquí tienes diez puntos para conseguirlo.
1. Tener muy claro lo que vas a decir
Lleva apuntadas dos o tres ideas-clave. Bastarán 10 minutos para exponerlas (se agradece la brevedad y la concisión). Si intentas abarcar o precisar excesivamente puede ocurrir que confundamos a los periodistas y tomen la parte por el todo (si nos centramos en detalles), o que les aburramos (si se intenta abarcar demasiado).
2. Frases redondas, rotundas, llenas de contenido
Es lo principal. Los periodistas resumirán nuestra intervención en dos o tres párrafos. Para ello, necesitan frases rotundas, no contextualizaciones, ni precisiones, ni anécdotas. Si hay radios, pensar en que necesitan sólo una frase de 20 segundos. Decir claramente “la” frase que queremos que se destaque en los medios de comunicación.
3. Piensa que estás explicando algo a tu vecino
Aunque los periodistas estén especializados luego tienen que escribir para el lector llano. Es preferible que seas tú quien simplifique el lenguaje –sin perder mucha precisión–, a que lo hagan ellos.
4. Si tienes datos, ofrécelos
A los periodistas, los datos les gustan –los porcentajes más– porque así tienen elementos objetivos para contrastar y contextualizar; pero dalos sin abrumar. Si el tema de la RP tiene relación con alguna cuestión de actualidad, se puede mencionar.
5. Duración total: 30 minutos; Duración personal: 30 min./nº ponentes
Las ruedas de prensa deben durar en torno a los 30 minutos. Si los periodistas disponen de más tiempo, ya lo invertirán en el turno de preguntas. Para conocer cuánto debe durar cada intervención, dividir el número de ponentes entre 30 minutos y ajustarse al tiempo obtenido. Evidentemente, si hay un ponente principal, es bueno dejarle más tiempo que al resto.
Asegurarse de que todos los ponentes están de acuerdo en que deben ser breves. No más de 8-10 minutos por ponente. Intervenciones equilibradas y complementarias entre sí para que cada uno aporte al conjunto. Si es necesario, se puede poner alguien al fondo de la sala y avisar si uno de los ponentes se alarga.
Revisar con los ponentes las ideas de su intervención para advertirles que su registro de lenguaje no puede ser el mismo que el que usan ante otros públicos especializados o expertos.
Que los ponentes no lean un texto que los periodistas ya tienen. No hay cosa más aburrida, aunque a los de las radios les venga bien.
Si hay igualdad de importancia entre los ponentes, que hable primero el más interesante. Para que si se van los periodistas pronto, se vayan con material bueno.
6. No critiques a la prensa, ni la adules
7. Todo es publicable, mientras no se diga lo contrario
Cuando la RP ha avanzado y estamos más tranquilos, puede ocurrirnos que bajemos la guardia y digamos algo que no debíamos. Si queremos contar algo en off the record –no publicable–, advertirlo de forma explícita. Aunque -como dicen en mi ciudad-, «lo que no quieras que se sepa no lo pienses». Desaconsejo el off the record en una rueda de prensa, y con salvedades en una entrevista personal.
8. Las preguntas que nos hagan son nuevas oportunidades
Nos permiten volver sobre nuestras dos o tres ideas clave. Si van malintencionadas, intentemos reconducirlas a nuestro terreno; si no las entendemos, decirlo con sencillez.
9. Mostrar un tono amable
Si es posible, sonreír. Un modo de ganarse a los periodistas es llegar cinco minutos antes a la RP y charlar con ellos, mostrándoles nuestra total disponibilidad.
10. No mirar directamente a las cámaras (fotográficas y de televisión)
Ante las televisiones, mejor no vestir prendas con rayas o cuadros. Si se lleva gafas, procurar que estén en su sitio, no caídas. No esconder las manos bajo la mesa.