Todas las semanas algunos se divierten con la última pifia de un gestor de redes sociales (Community manager o CM), y otros sudamos al pensar que falta menos para que el siguiente que meta la pata seamos nosotros…
Al margen de esos miedos -que, como la tensión, ayuda a prestar más atención a lo que hacemos-, pienso que los CM se tienen que parecer a los buenos camareros y dejar de actuar como si fueran oradores en Hyde Park, que hablan de «su» tema, independientemente del público que les escucha (o que les ignora).
Un buen camarero observa al cliente y le trata de forma personalizada: a los clientes habituales les sirve la consumición antes de que se la pidan, pone un coñac al que se quiere desahogar, etc. Primero escucha, interviene sólo cuando es necesario, sin afán de protagonismo, y cuenta historias que, poco a poco, animan a ese cliente.

Y procura atenderle rapidito, como el camarero vasco de Vaya Semanita…