¿Cuántas veces nos hemos encontrado con la afirmación de «todos los (ponga banqueros, funcionarios, madrileños, políticos…) son unos (ponga ladrones, vagos, etc.)», pero conozco a uno que no lo es?

¿Qué es un cliché o estereotipo?

El cliché o estereotipo no es sólo una simplificación. Hace unas semanas leí un breve artículo titulado «El comportamiento dialéctico del cliché«, de Rafael Jiménez Catano muy interesante. Facilitaba la definición del diccionario italiano De Mauro, según el cual el cliché es una “opinión preconstituida, no adquirida sobre la base de una experiencia directa y poco susceptible de modificación”. 

En palabras sencillas, el estereotipo es una idea que ha sido tantas veces repetida, que se reconoce como verdadera sin necesidad de explicación

Los banqueros son unos ladrones, pero conozco a uno que es honrado… y es el único banquero que conoce. Si uno se para a pensar es un poco curioso: ¿Por qué sostiene algo general que conoce a través de los medios, mientras que lo concreto y cercano no lo aplica a lo general? 

Además, como comprobamos a menudo, del contraste entre el cliché y la experiencia personal no se sigue la corrección de uno de ellos, sino que la experiencia se asume como una excepción a la regla general.

El gran mapa de los cliché y estereotipos europeos. Imagen: El Confidencial

¿Cómo se forma un estereotipo o cliché?

El cliché se forma en ocasiones por una generalización simple o indebida, incluso errónea. ¿Qué hacer para cambiar la percepción o la opinión de una compañía, o una idea, cuando se forma de forma deductiva, sin experiencia real, con poca fundamentación (y en ocasiones sin que le importe especialmente…)?

Cualquiera puede pensar que, si el problema está en la ignorancia, habrá que facilitar información, datos contrastados, etc. Antes he mencionado que la experiencia concreta con frecuencia no consigue borrar el cliché que ella misma contradice, pues la convierte en excepción: los rumanos siguen siendo peligrosos aunque haya conocido a uno que no lo es. 

Es más, las rectificaciones lo refuerzan, especialmente cuando utilizan las palabras verbalizadas en el cliché (refuerzan el framing aceptado en la sociedad o en un grupo determinado).

Cómo hablar con otros que piensan distinto | Guadalupe Nogués | TEDxRiodelaPlata Un vídeo que se puede aplicar a los cliché y estereotipos

Derribo del cliché o estereotipo en tres pasos

1. Recurrir al caso concreto

No como parte de un método inductivo y teórico, sino como ejemplo o paradigma, con una historia personal, para procurar que los oyentes tengan una cierta voluntad de creer –Aristóteles lo llama eunoia-, no tanto para que razonen.

2. Mostrar el caso concreto con tono afable y dialogante

Para que nos conceda la benevolencia, el caso práctico o historia debe ser mostrado con la misma disposición que solicitamos, es decir, no de modo desafiante o enfadado, sino con un tono afable y dispuesto a la propia rectificación.

3. Mostrar el cambio de estereotipo en un grupo concreto relevante

A partir de ese momento, en el que se solicita la benevolencia porque es merecida por la historia personal, el oyente solicitará información. Pero para que la acepte es necesario conseguir que observe un cambio en la percepción de la empresa en un grupo más o menos cercano y amplio, o influyente.

Su voluntad de creer se verá refrendada por una mayoría con la que justifica su cambio de parecer. Aquí es donde podemos elaborar historias que lleguen a unos públicos determinados, con una cadencia o constancia que faciliten la difusión en círculos concéntricos para que se opere un cambio progresivo en ellos.