Si hay unfollows de blog, con este título me ganaré varios (si no lo hice ya al hablar de Coca-Cola). Y es que el transmedia es un término del que todo el mundo ha oído, pero que quizá no ha sido comprendido, o que se ha simplificado enormemente, caricaturizado por las técnicas con que se realiza.
Una sencilla definición
El término transmedia trata de poner nombre a todas las experiencias narrativas que se despliegan a través de varios medios o plataformas, de modo que en cada uno se cuenta una parte de un gran mundo narrativo y donde el espectador participa de manera significativa (vía Daniel Calabuig y Pablo Muñoz).
¿Por qué me llama la atención y qué tiene que ver con la comunicación corporativa?
 Del transmedia, entre otras cosas, creo que la comunicación corporativa puede aprovechar varios elementos: 

1. La reputación es algo que nos otorgan los ciudadanos. 

Creo que estamos de acuerdo en esta afirmación… Con una narrativa transmedia permitimos a los usuarios que sean ellos los que, en tiempo real, señalen qué les gusta de nuestra marca y porqué; que lo difundan entre sus conocidos; y que incluso definan nuestra personalidad por encima de los atributos que nosotros elegimos como empresa.
Lógicamente conceder ese poder a los usuarios obliga a las empresas a tener una mayor y mejor presencia en esos canales, para conseguir el papel de «moderadores»
La conferencia «Power to the people» describe bien este fenómeno:

2. Para conseguir un objetivo común…
Es evidente que el objetivo de cualquier empresa es… vender. La comunicación o la publicidad no es una cortina de humo para justificar la actividad empresarial. Que el objetivo sea vender no anula la obligación de hacer «algo más». Y ese algo más es el requisito que exigen los consumidores. Por tanto, se trata de participar con los usarios en las plataformas en las que otorgan la reputación y permiten la actividad económica que sea… con sus reglas.
El transmedia es una forma de contar historias de forma participativa, emocionante. Historias con ideas, con sentimientos. Coca-Cola habla de felicidad e Ikea de independencia: el transmedia no es hablar de productos o de servicios, sino de los motivos profundos que arrastra nuestra empresa, que son compartidos por las personas.

3. ¿Y ahora qué?
a) Cada empresa e institución tiene que pensar cuál es su historia, su mensaje, su idea que pueda ser compartida, mejorada y desarrollada por la gente. Ahí arranca esta nueva forma de contar las cosas.
b) Una vez que lo sepamos, habrá que investigar en qué plataformas se mueven nuestros usuarios. Gracias a Mara Balestrini, descubro este corto producido por Nick dut Nik y con entrevistas a Ian Ginn y Lance Weiler, que explica bien, entre otras cosas, el desarrollo de la comunicación transmedia.

 c) Después habrá que lanzar la idea -o participar en alguna que ya esté en marcha-. No siempre el objetivo es que el público participe de forma activa. Unos buenos objetivos facilitarán saber qué puntos de conexión debemos establecer entre la empresa y el público. Y a partir de ahí… a conversar y actuar hasta que la historia se desarrolle por su cuenta.