A veces olvidamos que la comunicación es un proceso que se produce entre dos o más personas, y que el objetivo es persuadir al otro en una dirección concreta, que deseamos.
Por tanto, lo vital es que el mensaje llegue y se procese correctamente, no que los emisores quedemos satisfechos por nuestra locuacidad o capacidad técnica (ya sabes, «No se trata de lo que dices: se trata de lo que escuchan» (Frank Luntz).
El proceso para un buen storytelling
Aunque el proceso es bastante complejo y no voy a detallarlo, en cuanto al emisor debe al menos seguir este proceso, que tomé de Luis Arroyo (en su caso se refería a que los ciudadanos no votan por los hechos sino por los valores; no buscan gestores sino líderes).
1. De la ideología a la estrategia
Es decir, de la identidad de tu empresa a la historia contada con el estilo propio -según la cultura corporativa-.
2. De la estrategia a los temas
Esa historia debe estar en consonancia con lo que importa a la gente. Si los temas que tratas no conectan con el público, en parte se debe a que no tienen relevancia en ese momento.
3. De los temas a las tácticas
Esos temas que conectan con tu historia se deben plasmar en acciones concretas, aceptadas e incluso compartidas por el público por tratarse de acciones que les generan un beneficio, tangible o no.