El día 11 de febrero, Benedicto XVI anunció que renunciaba a su ministerio como pontífice de la Iglesia católica. Al día siguiente, un amigo tuvo la idea de intentar batir el récord Guinnes con el aplauso más largo como muestra de agradecimiento al Papa y enviárselo el día 28.
Creó un blog en inglés y castellano (más bien era un sencillo pantallazo) con la información para participar; abrió una cuenta en Twitter, otra en Gmail y… poco más.
Los primeros días envió tuits a diversas cuentas de organizaciones, medios de comunicación y personas con un cierto número de seguidores, pero no tuvo un gran éxito. Nos planteamos entonces si merecía la pena seguir con el intento, o dejarlo. Y es que, ante un evento tan próximo -no llegaba a dos semanas-, tienes dos opciones para conseguir notoriedad: ir de Twitter a los usuarios, y que se produzca una ola de menciones, etc., que llamen la atención a los medios de comunicación; o viceversa: llamar la atención de los medios de comunicación para que los usuarios de Twitter, lectores de blogs y otros muchos conozcan la iniciativa.
Ante la escasez de seguidores y menciones, optamos por lo segundo, con algunas notas de prensa. El gancho era claro: batir el récord Guinnes (aunque el récord consistía en un aplauso único y continuado, lo utilizamos como ejemplo). Como el motivo era noticia en todo el mundo -la renuncia al papado de Benedicto XVI-, y había despertado la simpatía no sólo de católicos sino también de agnósticos, algunos medios online se hicieron eco de nuestra propuesta… el día 18 de febrero. Quedaban 10 días.
En ese momento pensé en el «Ciclo hidrológico» o «Ciclo de la lluvia», como la única posibilidad de conseguir que nos enviaran decenas de vídeos
¿Cómo se aplica a una campaña de comunicación el ciclo del agua?
El ciclo hidrológico nos sirvió como pauta para difundir «El aplauso más largo»
1. «Precipitación»

La noticia en los medios es como una primera lluvia, que llega a bastante gente y produce una («Infiltración») que forma algunos riachuelos -gente que se entera del «Aplauso más largo», le gusta la idea y se interesa-. Lo comunicamos en Twitter, y… aquí estuvo la clave: abrimos el canal de Youtube «El aplauso más largo» y subimos los vídeos: el éxito fue inmediato por varios motivos:

a) Los posibles participantes vieron que no era difícil -se podía grabar con el móvil y enviar por correo-;

b) Los primeros vídeos eran alegres, simpáticos y variados.

Los mencionamos en Twitter y sirvieron para una segunda remesa a los medios de comunicación y blogueros que se habían interesado anteriormente. De esa manera quisimos mantenerlos informados.

2. «Acuíferos y lagos»

El resultado fue que empezaron a llegar decenas de vídeos (se habían formado «acuíferos y lagos»). Nuestro esfuerzo consistió en publicarlos en el canal de Youtube con la mayor rapidez posible y agradecérselo a los remitentes por correo electrónico. Esta fue la manera de conversar con «entusiastas» de distintos países -especialmente de Chile, Irlanda, España, Brasil y México-, que se hicieron eco de los vídeos y animaron a participar a más grupos y personas.

3. Así impulsamos la «evaporación»

Animamos a los entusiastas con mensajes por correo electrónico,

Una familia italiana, con un hijo discapacitado
envió este emocionante aplauso

WhatsApp, etc., y les enviamos enlaces de los vídeos en los que la gente aplaudía al Papa. Además publicábamos rápidamente los vídeos en YouTube y otros canales, y se lo hacíamos saber a los remitentes por Twitter o correo electrónico, para que a su vez los difundieran entre sus conocidos y seguidores: esto alimentó nuestra iniciativa hasta el día 28 de una forma exponencial.

4. «Condensación»

Según llegaban vídeos, los catalogábamos por países o por tipo de gente, o por duración… De tal manera que pudimos enviar diferentes mensajes y renovar la comunicación del proyecto. Y continuamos con las notas de prensa a agencias y medios de diferentes ámbitos, que consiguieron que aumentase la variedad de naciones y tipos de públicos (hay vídeos de familias, colegios, monasterios o grupos de universitarios; y los hay de África, Europa y América).

A partir de ahí, cada vez que repetíamos el ciclo, se conquistaba a nuevos entusiastas y también a blogueros católicos con muchos seguidores, que le dieron consistencia y notoriedad al proyecto. Tanto es así que el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales se puso en contacto con nosotros… Medios online y radios nos escribieron y así fue cómo, realmente en cuatro días, se consiguieron 410 vídeos que sumaron más de 185 minutos de aplausos.

Ayer por la tarde unos amigos nos editaron un sencillo pero emotivo vídeo resumen, que adjuntamos en las notas de prensa, y con los que hoy hemos contestado a todos los participantes, agradeciéndoles su apoyo.

Y todavía siguen llegando vídeos… Gracias a todos y gracias a Benedicto XVI.