Acabo de leer el artículo «De la marca corporativa a la marca de compañía: autenticidad, transparencia y origen«, de Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership.
En el proceloso mundo de los ensayos sobre branding y reputación corporativa me ha llamado la atención la claridad y sencillez del gráfico de Terry Tyrell, presidente y cofundador de la consultora de gestión de marcas The Brand Union (por cierto, me ha encantado la sección de Insight de su website, que contiene decenas de casos).
¿Cómo lograr diferenciarte de la competencia en el largo plazo?
Tyrrell sostiene que lo que diferencia a largo plazo a una empresa de otra es la Reputación. Y el mejor sinónimo de reputación es la coherencia, un atributo que se recibe por la autenticidad -valores reales-, la transparencia, y un buen hacer garantizado por la experiencia percibido por los públicos de esa compañía.
Para que se construya destaca que la reputación tiene tres patas -Identidad corporativa, Personalidad (cómo se expresa, identifica y comunica con los diferentes stakeholders) y Estructura-; que a su vez se sustenta en una cultura corporativa con tres aspectos: Valores, Comportamiento corporativo (cómo es percibida por las personas, la experiencia de marca), y el modo de actuar y ofrecer el producto o servicio.
En un mundo en el que la tecnología se copia en un instante, «la etiqueta de composición de productos está dejando paso a la etiqueta de confianza de las compañía». Eso sí es una barrera de entrada y una ventaja competitiva.