¿Convencer en una sociedad polarizada? Imposible. Y menos en nuestro país. Recientemente se ha publicado el Edelman Trust Barometer, en el que se afirma que España es uno de los seis países más polarizados del mundo.

Muchos afirman que los medios de comunicación y las conversaciones en las redes sociales reafirman este dato y crean cámaras de eco (eco chambers), por lo que en nuestra sociedad se incrementa la dificultad de llegar a acuerdos entre personas que pensamos de manera diferente.

Esta semana he impartido un par de formaciones a personas que querían aprender a argumentar sobre temas polémicos. Eran grupos muy convencidos de la verdad de su opción y con ganas de que mucha gente se adhiriera a ellos. Por eso, me permití darles unas pautas previas a cualquier debate, que ahora quiero compartir en este post.

5 pasos para convencer en una sociedad polarizada
5 pasos para convencer en una sociedad polarizada

Primer acuerdo: asume que es imposible convencer en una sociedad polarizada

En los debates hay leyes y datos, pero convencer en una sociedad polarizada no se consigue con leyes y datos. Un amigo me dijo una vez que «a quien cree le sobran los argumentos, mientras que a quien no cree ningún argumento alcanza». En los clásicos debates de toros sí o no, la educación pública o la concertada, el aborto o la contraposición entre el control del Estado y el libre mercado, todos estamos cargados de datos, historias, jurisprudencia, etc. Y nadie se mueve de su baldosa.

¿Por qué? El motivo es que todos vemos el mundo a través de un marco (frame). Un marco es como unas gafas de un color determinado, por la que todo se tiñe de ese color. Un marco, las gafas, son creencias, una forma de ver la realidad.

Todos funcionamos con prejuicios y estereotipos. Según el diccionario italiano De Mauro, un cliché es una “opinión preconstituida, no adquirida sobre la base de una experiencia directa y poco susceptible de modificación”. 

Una sociedad polarizada significa que existen marcos conceptuales diferentes, contrapuestos, y que se defienden con vehemencia, en gran medida porque se sienten atacados por los otros. Por tanto, la estrategia de un debate no puede ser la confrontación axiomática porque cada uno se mantendrá impertérrito en su posición.

Segundo acuerdo: para convencer debes dar el primer paso

Austen Ivereigh y Jack Valero crearon hace años Catholic Voices. Pretendían exponer la fe católica de manera persuasiva. Crearon un método comunicativo que partía de encontrar puntos en común, buscar la intención positiva del otro en cualquier discusión e iniciar la conversación a partir de ahí.

¿Por qué digo que para convencer en una sociedad polarizada, debes dar el primer paso? Porque tenemos que partir de que si alguien piensa lo contrario lo hace por un motivo positivo (salvo casos aislados). Se trata de encontrar ese punto positivo, que además compartiremos, y comenzar a argumentar a partir de él. Probablemente, además, ese punto será el origen de la divergencia.

El proceso de reframing (replanteamiento) consta de tres pasos:

  • ¿Cuál es el marco conceptual? ¿Qué piensan de mí, de nosotros?
  • ¿Cuál es la intención positiva o la base común entre nosotros? De las varias cosas que quiere la otra parte, ¿con cuáles estoy totalmente de acuerdo?
  • ¿Cuál es mi mensaje y cómo lo conecto con el valor común?

Si este proceso se realiza con honradez, encontraremos un punto en común válido y no utilizaremos argumentos estériles y divergentes (como decía antes, no se trata de datos y leyes, sino de marcos). Y hasta que no asumamos que tenemos que dar el primer paso, seremos bandos irreconciliables.

Tercer acuerdo: evalúa si tienes credibilidad

La reputación, la legitimidad y la credibilidad no son medallas que nos podamos colgar a nosotros mismos. Son premios que nos otorgan o nos conceden los demás.

Para hablar con autoridad sobre un tema y que nos puedan tomar en serio, debemos preguntarnos si el oponente o el público nos ha dado su credibilidad. Y lo hará si somos congruentes entre lo que pensamos y cómo nos comportamos. Si ve sinceridad en nuestras intenciones y humildad en nuestros planteamientos. Si percibe que nos importa realmente mejorar el asunto de que trata el debate y no solo tener la razón.

Normalmente la credibilidad se alcanza tras una trayectoria coherente y con hechos verificables. Una condición indispensable para convencer en una sociedad polarizada.

Lógicamente se trata de que las experiencias que se comparten -trabajos realizados por solucionar esa cuestión de la que se debate-, lo haga cada uno desde su identidad, su marco. La identidad es la raíz de la que se obtiene el sentido de la vida y la motivación para luchar por esa verdad que se defiende.

Si quieres profundizar te sugiero que veas esta clase de Juan Pablo Cannata sobre la gestión del discurso público en la sociedad de la controversia, que impartió en la UNIR.

Cuarto acuerdo: piensa bien del oponente

Algunos te pueden tachar de ingenuo y es cierto que no todo el mundo se atreve a mantener una discusión o un debate con la predisposición a modificar su postura. Pero es imposible iniciar el camino con el oponente desde el punto en común si no estás convencido de que él mantiene su postura porque está convencido de que así se mejoran las cosas.

Habitualmente las discusiones no son un juego de suma cero: si gano, tú pierdes. Esto es lo que demasiadas personas piensan cuando se habla de cómo convencer en una sociedad polarizada. En la mayoría de ocasiones el final del camino no es que sobreviva un solo marco, una opción, sino extraer lo mejor de las dos para llegar a mejores soluciones.

Quinto acuerdo: sé consciente de lo mucho que falta por conquistar

En debates ideológicos, políticos o morales, se trata de argumentar sobre qué estrategia es preferible para paliar un problema social (el paro juvenil, el fracaso escolar, fortalecer a la familia, etc.).

Si hemos llegado al punto en común del interés superior que nos permite hablar para construir; si hemos andado los primeros pasos de la mano del que piensa distinto conscientes de que ambos queremos lo mejor para solucionar esos problemas, falta un último punto que nos revestirá de empatía. Se trata de ser consciente de la gran necesidad que tenemos en un territorio determinado por paliar esa cuestión social. Así se comienza a convencer en una sociedad polarizada: no tanto por convencer sino por aunar esfuerzos.

Si es un deseo sincero por ambas partes llegaremos al acuerdo de que no sobra nadie, de que todos somos necesarios para impulsar oportunidades en la sociedad.

La habilidad de cada uno por mostrar, por comunicar con mayor persuasión, permitirá que se comprendan mejor los que entraron en el debate como oponentes, y facilitará que finalicen el debate al menos respetándose y deseando mantener esa conversación porque ambos han aprendido a exponer y convencer en una sociedad polarizada.

Si te ha gustado este artículo, te dejo aquí otros sobre cómo hablar en público.

I´ll Be Waiting es una de las canciones que he escuchado escribiendo este post sobre cómo convencer en una sociedad polarizada.