Ha sido una de las grandes confesiones de la historia. Lance Armstrong, el ganador de siete Tours de Francia, el superviviente de un cáncer y creador de un movimiento de solidaridad mundial a través de su fundación «LiveStrong» confesaba, ante la presentadora más mediática del mundo, que… era un tramposo.
Esta entrevista se puede diseccionar desde diversos puntos de vista. Las cinco primeras preguntas de Oprah -en las que le pide a Lance que conteste con un sí o un no- son la puerta de entrada a la hora larga del programa. Preguntas cerradas que el ciclista no elude, pues es su intención pedir perdón ante la audiencia. 
En diversos medios han analizado el trasfondo de la entrevista. Y, casi todos, coinciden en restar credibilidad al arrepentimiento del ciclista norteamericano por varios motivos:
a) Demasiado tarde: han pasado muchos años, ha mentido en un juicio y demandado a un medio de comunicación que le acusó de doparse. ¿Por qué ahora?
b) Elige a una presentadora muy especial: Amrstrong y Oprah se conocen pues Lance ha acudido en varias ocasiones a su programa; él busca credibilidad en Oprah pues lo que diga ella, o la actitud que adopte, es casi un dogma para mucha gente en su país.
c) La sospecha de que su arrepentimiento es interesado, para eludir la cárcel o disminuir el tiempo de reclusión -el perjurio en Estados Unidos está castigado con pena de cárcel, como le sucedió a Marion Jones– es muy grande.
Lance Armstrong y Oprah, durante la entrevista.

Al final no se sabe de qué está arrepentido Lance Armstrong: del engaño durante siete Tour de Francia, de mentir a los que le acusaron, o de que le hayan atrapado… Y es que la historia -como él explica en la entrevista- era demasiado bonita para pararla: un superviviente de cáncer, que se atrevió a conquistar la prueba ciclista más dura del ciclismo, para demostrar al mundo que todo era posible. Esa historia, que atrapó a millones de fans -quién no llevó las pulseras de livestrong-, y encandiló a los medios de comunicación, se convirtió en una inmensa bola de nieve… que le ha sepultado para siempre.

Mensaje de ayer en la página de Facebook de LiveStrong

Estas sospechas son las que complican que los espectadores le otorguen credibilidad: que utilice un medio de comunicación para buscar un mejor trato de la Justicia, es algo que -si finalmente es así- borraría su reputación para siempre. 

Por cierto, para LiveStrong se trata de una situación de crisis impresionante: la credibilidad de la Fundación se basaba en el innegable magnetismo de Lance Amstrong pero… si veis su cuenta de Twitter o su página de Facebook, veréis cómo están presentado testimonios de sus seguidores en los que afirman que LiveStrong está por encima de su mentor, que tienen que superar esta crisis con más trabajo y dedicación. El mensaje que transmiten es claro: «LIVESTRONG no es una persona. Es de los millones de personas que se enfrentan el cáncer y que necesitan apoyo en su lucha para la batalla más dura de su vida». Y me alegro.